Alcanzar nuestros sueños siempre es difícil, luchar por llegar a la meta, saltar obstáculos, caer, levantarnos, una y otra vez es parte del proceso, del proceso natural de vivir, de creer en algo, apostar por eso y tratar de lograrlo, todos andamos en eso, los que ya no, fueron los que se rindieron o que por alguna razón se apartaron del camino, por distintos motivos no siguieron mas.

Este post es una especie de catarsis que necesito hacer, uno de esos gritos reprimidos que son tan fuertes que ni uno mismo los puede escuchar, los demás menos.

Hay cosas que no entiendo, cosas que me cuesta aceptar, yo soy una persona joven, tengo 24 años y hace un par termine la universidad, ahora trabajo, hago lo que me gusta, ando persiguiendo mis sueños, tengo las fuerzas para hacerlo.

Hace algunos días, semanas ya, una amiga de la promoción de la universidad falleció, una persona joven, quizá con muchos sueños, con muchas ganas de cumplirlos, murió y me asusta pensar en eso, me asusta pensar en lo frágiles que somos, en lo insignificantes, en como hoy estamos y no sabemos si mañana seguiremos, caray, hay muchas cosas que deseo hacer, cuando mire el féretro, no solo vi un cuerpo sin vida, vi un proceso inconcluso, vi cientos de proyectos que no podrán ser, cientos de sonrisas que nunca serán, y yo quiero sonreír.

Hay un tema con esto de la muerte y es el hecho de dejar tantas cosas en el aire, tantas cosas sin hacer, sin decir… mientras iba del velatorio a mi casa le daba vueltas a eso, a cuantas cosas dejamos pasar pensando en que caray tenemos todo el tiempo del mundo para resolverlas, pero quien puede asegurar que así será.

Tengo miedo, tengo mucho miedo de dejar cabos sueltos, tengo miedo de perder a los míos y no es que reniegue de la muerte, porque como dije en un principio todo es un proceso y la vida culmina en esto, solo me jode el que hayan vidas tan cortas, hasta ahora pienso en cuantas cosas quiso decir o hacer en esos últimos días, pero ya no podía, que es la muerte de alguien tan joven sino un capricho de la vida.

Siempre me ha pasado que cuando muere alguien, evoco los mejores recuerdos, las anécdotas, y no es que quiera decir como se acostumbra en momentos así que es una pena que una persona tan buena se vaya y cosas por el estilo, es simplemente que ahora no puedo pensar ni sentir, porque sé que cuando uno se va joven, los recuerdos no serán suficientes, porque no son todos los que debieron ser, faltaran siempre anectodas, penas y alegrías. Ahora, en este preciso momento pienso en que el día que me toque partir no quiero tener pendientes, ni lágrimas ni sonrisas que dejé de regalar. Estoy triste y asustado.

Siempre te recordaremos Pamela.

JVL